20 de febrero, Día Mundial de la Justicia Social. Este día fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007. Un día en el que se trata de reivindicar y recordar la necesidad de eliminar y romper con las barreras impuestas por la sociedad. Barreras de género, edad, raza, etnia, cultura y DISCAPACIDAD. Desde entonces, esta fecha ha servido como un llamado a la acción para gobiernos, organizaciones, instituciones y ciudadanos de todo el mundo.

Y es que todas las personas tenemos el derecho de vivir bajo unas condiciones y poder disfrutar de los derechos humanos fundamentales, como son el derecho de la identidad, derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal, a ser escuchados con igualdad. A la vez que deberíamos de velar por el respeto y la equidad en nuestra comunidad y sociedad.

La participación, la educación, el empleo, la sanidad, el ocio, las actividades, la formación… Todo esto son acciones que personas con diversidad funcional y en riesgo de exclusión social pueden realizar, siempre y cuando se les ofrezca una opción adaptada. Pero, ¿por qué no se les iba a dar las mismas oportunidades que al resto de personas? ¿Por qué la inclusión es algo tan difícil de conseguir? ¿Estamos haciendo todo lo que podemos como sociedad para que todas las personas se sientan iguales?

Vivimos rodeados de diversos colectivos que se tienen que enfrentar día a día a realidades y condiciones que están adaptadas a las personas normativas, generando así dificultades para ellos por el simple hecho de no realizar una adaptación. Vivimos rodeados de colectivos que desde nuestros ojos se enfrentan a superar un día y no tanto a disfrutar de unas condiciones dignas. ¿Qué es la vida si no sientes bienestar? ¿Cómo es vivir en condiciones precarias y altamente mejorables? La justicia social al fin y al cabo lleva a poder desarrollar el bienestar emocional y la calidad de vida de todas las personas independientemente de su situación, condiciones y realidad.

¿Cuántas veces nos hemos cruzado con alguna persona con diversidad funcional y hemos pensado ‘pobre, que difícil’? Pero, ¿cuántas veces hemos pensado en cómo ayudarles y en cómo podría adaptarse el mundo para que tengan una vida más adecuada e inclusiva? Hechos como que, un ascensor funcione correctamente cuando vas a recibir un torneo de Hockey en silla de ruedas, dejar el asiento libre en el metro para una persona ciega, evitar chocarte con alguien con movilidad reducida, contar con instalaciones deportivas con condiciones dignas para la práctica deportiva, evitar encasillar a alguien por sus condiciones, no establecer más límites a quien ya los tiene, tratar a las personas con respeto y sin infantilizar, son por los que luchamos y hemos de aprender hoy, en el día de la Justicia Social, para hacer que las personas en riesgo de exclusión social y con diversidad funcional puedan encontrarse con un mundo adaptado y consciente de la diversidad social.

Cada 20 de febrero, el mundo recuerda esta fecha para celebrar el Día de la Justicia Social, un valor fundamental para orientarnos hacia la igualdad y la equidad para todas las personas, incluidas aquellas con diversidad funcional. Cada día es un buen momento para que reflexiones qué acciones podrías realizar para acompañar a estas personas, para luchar por satisfacer sus necesidades y sobre todo para defender sus derechos. Depende de ti reflexionar y establecer un compromiso con la construcción de un mundo más inclusivo y accesible para todos. Desde la Fundación Levante UD tenemos muy presente el compromiso social para con nuestra sociedad y nuestra labor de hacer de este mundo, uno más justo e inclusivo.

Winona García, Coordinadora del Levante UD EDI Femenino